¡Mami, lo que nos pasó!
(Educación, comprensión)
- ¿Qué hija, algún accidente?
- No, mami, algo peor,
- ¿Peor? ¿Quién se murió?
- Mami, ¡Sergio perdió el año!
- Ufff -dice la mamá- por poco me matas. Pensé que era algo grave.
-¿Eso no te parece grave?
- Qué pena mija, pero no.
- Claro, llega uno a la casa en busca de ayuda y ni siquiera se interesan.
- Me intereso y mucho, otra cosa es que no me parezca tan terrible.
- Mami, Octavio está como loco. Creí que iba a acabar con Sergio.
- Bueno, primero que todo siéntate y tómate algo.
- No quiero nada, pero por favor dime qué hago. A estas horas es imposible conseguir colegio y…
- Sinceramente no entiendo a los colegios. Digo a la mayoría de los colegios.
- Pero, mami, tu sabes que nos estamos matando y tenemos a Sergio en el mejor de todos.
- No me parece.
- Tú no lo conoces.
- No clemencia. Pero con lo que sé de él tengo.
- ¿Y qué sabes?
- Que dice estar educando, pero espera que le lleven a los alumnos ya educados.
- No es eso. Sergio es un muchacho de catorce años.
- ¿Y qué?
- Que es distraído, juega en clase, va pésimo en matemáticas, contradice a todo el que se le atraviesa. A veces parece maduro y otras se comporta como un niño.
- Cualquier principiante en sicología te dice que es un adolescente típico y le debieras decir a los profesores, que por eso lo llevaste al colegio, porque no está acabado de educar.
- Pero el colegio no quiere niños, así.
- ¿No ves? El colegio quiere niños perfectos: Alto cuociente intelectual, magnífica disciplina, rendimiento académico y un par de papás ejemplares.
-¿Y qué, le ves a eso de malo?
- Mucho, Clemencia. Pienso que eso es muy cómodo, pero que no es educar. Me refiero a que el colegio debe saber esperar, acompañar en las crisis, apoyar cuando se presenta la dificultad. Eso es lo que hacemos las mamás sin licencia de funcionamiento. Pero muchos de los colegios de hoy entregan al alumno cuando se presenta la menor anomalía o contrariedad. ¿No se estará cayendo en una forma de elitismo, de supervivencia del más fuerte, del nazismo educativo?
- ¡Mami, por Dios!
- Piensa que a tu maravilloso colegio nunca hubiera entrado Einstein. Parece que no habló hasta los cinco años. No hubiera ganado kínder. Tampoco Marco Fidel Suárez. Venía de lo que hoy se llama familia incompleta. ¡Figúrate!
- Mami, divagas y no eres objetiva. Ahora que llegue el papá hablo con él.
- Bien puedas. Y mientras tanto, yo pienso que mi nieto es un muchacho sano, normal, generoso, quizás no muy intelectual. Pero tiene habilidades mecánicas y sentido práctico. Me siento orgullosa de él y sé que va a salir adelante.
- ¡Dios te oiga!
- Claro que me oye. A Él le gustaban los perdedores: El buen ladrón, san Pablo, san Pedro… ¿Te das cuanta de lo que hizo con ellos?