Mami, César está muy raro
(Igualdad)
-¿Te diste cuenta? Yo también.
-¿Y por qué?
-¿Tu qué crees?
- Bueno, está en casa ajena - Sí pero hay algo más.
- ¿Qué mami?
- No se siente bien.
-¿Cómo? si papi no hace sino contemplarlo… Que César primero, que no me cabe sino uno en el carro y me llevo a César. Que déjenle a él la bicicleta. Y le ayuda en todo y, a nosotros no.
- Jaime, César no tiene papá. Se fue y los dejó solos a él y a la mamá. Por eso tu papi trata de reemplazárselo. De que ahora que tiene la ocasión, sepa qué es tener padre. ¿No te parece justo?
- Bueno, sí, pero es que ustedes se equivocan.
-¿En qué?
- En que lo tratan distinto.
-¿Pero cómo se te ocurre?
-Sí señora. Nos regañan y a él no. Y por esto lo tienen así. Trátenlo común y corriente, no le hagan excepciones y déjenlo pelear por la bicicleta.
- Pero eso es puro cariño.
-¿Y a nosotros no nos lo tienen? ¿No te acuerdas mami de esa niña que venía aquí, que tenía una enfermedad muy especial? ¡Y parejo con todos! Y tú decías que era porque la mamá no vivía detrás de ella diciéndole: ¡Cuidado!
- Jaime…
-¿Qué mami?
- ¡Gracias! Me acabas de dar una lección muy linda. Voy a hablar con papi y de ahora en adelante César va a ser uno de tantos hijos, con papá pero no ajeno sino propio. Sin tratamiento especial.