¿Fabio, por qué no contestas?
(Diálogo, perdón)
- Fabio, te saludé.
-¿Qué hubo- contesta Fabio de mala gana- ¿ya?
- Ya no, dice la mamá. Quiero hablar contigo.
- Tengo que estudiar.
- Y yo tengo que hablarte.
- Es bobada, mami, ¿para qué?
- ¿Sigues bravo con tu papá?
- Sí y con todo derecho.
- No estoy de acuerdo.
- Claro que no. No fuiste capaz de defenderme.
- No, porque no acostumbro desautorizar a tu papá.
- Pero sí a los hijos…
- ¿Cómo crees que te podía defender, cuando le estabas faltando al respeto?.
- Sí, porque fue injusto conmigo. Porque cuando traté de decirle la verdad y de darle una explicación, no me quiso creer.
- Hijo, eran las cuatro de la mañana y no en la luna, donde no pasa nada, sino aquí donde atracan, secuestran, matan y atropellan.
-¿Y eso qué tiene que ver con que no me oigan?
- Que después de cinco horas de trasnocho y angustia, Fabio, no puedes esperar encontrarnos felices y tranquilos.
- Hasta ahí entiendo. Pero que lo juzguen a uno y lo condenen por mentiroso sin oírlo, eso sí no lo paso. Él ni siquiera me dejó explicarle lo que sucedió con la matrícula del carro.
- Reconozco que tu papá se ofuscó. ¿Pero cuál debe ser el comportamiento con una persona ofuscada?
- Me imagino que dejar que se le pase.
-¿Y por qué no lo hiciste?
- Pues porque estaba más ofuscado que él.
- De acuerdo. Pero de alguno de los dos debe salir la iniciativa de dar excusas.
- Pues lo que soy yo, mami, no me humillo.
- ¿Crees que pedir perdón es humillarse?. Pero no, eso engrandece. Lástima que los adultos vamos perdiendo espontaneidad. Y sin embargo. pedir perdón es una actitud necesaria a toda relación humana.
-¿Y esa actitud no está mandada a recoger?
- No. Sólo que como a todo en este mundo cambiante, se la rebautizó. Hoy se habla de autoevaluarse, de ronda de sinceridad, de seminario vivencial.
- No te creía tan actualizada. Bueno, está bien. Lo voy a hacer, pero para darte gusto.
- Si es así Fabio, prefiero que no lo hagas. ¿No dicen ustedes los jóvenes que nada hacen cuando no les «nace»?
…………………………
-Papi…
- Sí hijo, ya sé. Me ofusqué y fui injusto contigo.
- No papi, - dice Fabio, tratando de controlar la voz - el equivocado fui yo que te falté al respeto.
-¿Vemos el noticiero, Fabio? pregunta el papá y luego, pasándole el brazo por el hombro:
- Va a estar muy interesante hoy…